lunes, 9 de mayo de 2011

Hermosa, sin maquillaje


En Cuba les falta pintura a las casas, resortes a los colchones, accesorios a los autos, calidad a la ropa, variedad a la comida y, sin embargo (en este caso que no se entienda “sin embargo”; o sí), es un país rico.
La gran riqueza se atesora invisible entre las gentes. Cálidos y solidarios, los cubanos socializan con sus visitantes sus casas despintadas, sus colchones hundidos, sus autos viejos y, sobre todo, su comida. En cada lugar que estuve, ante el mínimo amague de esquivar la mesa se me convenció de lo contrario.
Repetían, todos:
—Aquí nadie se acuesta sin comer.
Ese mérito, también es de la Revolución.

No hay comentarios:

Publicar un comentario